Causas
de la desnutrición a nivel mundial y nacional
Causas
reconocibles
Los factores climáticos y los cataclismos de
todo tipo, por importantes que sean, están muy lejosde ser las únicas causas
del hambre y la malnutrición. Para comprender bien el problema delhambre,
conviene considerar todo el conjunto de las causas, coyunturales o durables,
así comosu interrelación. Veamos las principales, agrupándolas según las
categorías acostumbradas:económicas, socio-culturales y políticas.
CAUSAS
ECONÓMICAS
Causas
profundas
10. El hambre nace, en primer lugar, de la
pobreza. La seguridad alimentaria de las personasdepende esencialmente de su
poder adquisitivo y no de la disponibilidad física de alimentos . Elhambre
existe en todos los países: ha vuelto a aparecer en los países europeos, tanto
del Oestecomo del Este, y está muy difundida en los países poco o mal
desarrollados.
A
pesar de todo, la historia del siglo XX enseña que la escasez de recursos
económicos no esuna fatalidad. Numerosos países han despegado económicamente y
siguen haciéndolo antenuestros ojos; otros, en cambio se hunden, víctimas de
políticas —nacionales ointernacionales— fundadas en falsas premisas.El hambre
puede provenir al mismo tiempo:
a)
de políticas económicas equivocadas. Las malas políticas económicas de los
paísesdesarrollados afectan indirectamente, pero con fuerza, a todos los que
carecen de recursoseconómicos en cualquier país;
b)
de estructuras y costumbres poco eficaces y que incluso llegan a destruír la
riqueza de lospaíses: – a nivel nacional, en países cuya salida del
subdesarrollo tiene altos costos sociales: losgrandes organismos, públicos o
privados, que ejercen monopolio, lo que a veces es inevitable,se han
transformado en freno, en vez de ser motor del desarrollo; los reajustes
estructuralesemprendidos en varios países desde hace diez años lo han
demostrado; – a nivel nacional en los países desarrollados: sus deficiencias se
notan menos en el ámbitointernacional, pero son igualmente perjudiciales para
todos los desfavorecidos del mundo, directao indirectamente; – a nivel
internacional: las restricciones para el comercio y los incentivos económicos a
vecesdesordenados; de comportamientos deplorables en el ámbito moral: búsqueda
del dinero, elpoder y la imagen pública, por sí mismos; menor sentido del
servicio a la comunidad, enbeneficio exclusivo de personas o de grupos; y no
olvidemos la corrupción considerable que sepresenta bajo muy distintas formas y
contra la cual ningún país puede preciarse de estar protegido.Todo lo anterior
expresa la contingencia de toda acción humana. En efecto, a menudo, a pesar de
las buenas intenciones, se han cometido errores que han provocado situaciones
deprecariedad. El hecho mismo de notarlas ayuda a encaminarse hacia su
solución.El desarrollo económico es algo que se ha de cultivar; tanto las
instituciones como las personasdeben repartirse las responsabilidades. La
doctrina social de la Iglesia y el análisis de susencíclicas sociales puede
iluminar eficazmente la función del Estado.La causa profunda de la falta de
desarrollo, o de un desarrollo con altos costos sociales, es deorden ético.
Llama en causa la voluntad y capacidad de servir gratuitamente a los hombres,
através de los hombres y para los hombres. Comprende todos los niveles, la
realidad compleja delas estructuras, legislaciones y comportamientos; se
manifiesta en la concepción y en larealización de actos cuyo alcance económico
puede ser grande o pequeño.Las recientes evoluciones económicas y financieras
en el mundo ilustran esos fenómenoscomplejos; el factor técnico y el moral
intervienen en ellos muy especialmente y determinan losresultados de las
economías. A continuación se trata de la crisis de la deuda en la mayoría delos
países en desarrollo con altos costos sociales, y de las medidas de reajuste
que se hantomado o se van a tomar.
El
alza exagerada y unilateral del precio del petróleo en 1973 y 1979 afectó
profundamente lospaíses no productores, desbloqueó liquideces financieras
considerables que el sistema bancariointentó reciclar y produjo una crisis en
el desarrollo económico general que golpeó especialmentea los países pobres.
Por múltiples razones, durante los años 70 y 80, la mayoría de los
paísespudieron contratar préstamos notables con tasa variable y, por lo que se
refiere a los países deAmérica Latina y África, contribuyeron a desarrollar de
manera espectacular el sector público.Este período de dinero fácil fue ocasión
de muchos excesos: proyectos inútiles, mal concebidoso mal realizados;
destrucción brutal de las economías tradicionales; aumento de la corrupción
entodos los países. Algunos países de Asia evitaron esos errores, lo que les
permitió un desarrollomás rápido.El aumento vertiginoso de las tasas de interés
—provocado por el simple juego del mercado nocontrolado y probablemente no
controlable— puso a la mayoría de los países de América Latinay de África en
una situación de cese de pago, lo que provocó fenómenos de fuga de
capitalesque, a muy corto plazo, se transformaron en amenaza para el tejido
social local —ya mediocre yfrágil— y para la existencia misma del sistema
bancario. Se vio, entonces, la amplitud de losperjuicios en todos los niveles:
económico, estructural y moral. Como siempre, se buscaronprimero soluciones
meramente técnicas y de organización. Es evidente, sin embargo, que esasmedidas
—que cuando son buenas son necesarias— deben estar acompañadas de un cambiode
comportamientos por parte de todos y, en particular, de esas personas que en
todos lospaíses y en todos los niveles no sufren la enorme presión que ejerce
la pobreza sobre su nivelde vida.A principios del período de reajuste, las
transferencias fueron negativas: bloqueo de lospréstamos; precio del petróleo
mantenido artificialmente a un nivel intolerable para los países endesarrollo;
disminución de los precios de las materias primas provocado por el retraso en
eldesarrollo económico y, simultáneamente la crisis de la deuda. A esto se sumó
la reaccióndemasiado lenta de los organismos internacionales, con pocas
excepciones. Durante esetiempo, el nivel de vida en los países excesivamente
endeudados comenzaba a decaer.En esto se puede apreciar cuánta sabiduría, y no
sólo conocimientos técnicos y económicos,requiere el manejo del dinero. La
puesta en circulación de una gran cantidad de mediosfinancieros puede provocar
daños estructurales y personales, en vez de servir a todos para elprogreso y
para dar un salto de calidad a los más desfavorecidos.He aquí la conclusión que
debemos sacar: el desarrollo de los hombres pasa a través de sucapacidad de altruismo,
es decir, de su capacidad de amar; lo que es de enorme importancia enel ámbito
práctico. Brevemente, y en términos realistas, el amor no es un lujo, es una
condiciónpara la supervivencia de los seres humanos.
Los
programas de reajuste estructural
12. En muchos países, la violencia de los
fenómenos monetarios ha exigido medidas muyenérgicas para calmar las crisis y
restablecer los grandes equilibrios. Por su misma naturaleza,esas medidas
llevan a fuertes disminuciones del poder adquisitivo medio de la nación.Las
dificultades y los sufrimientos provocados por las crisis económicas son
considerables,incluso si su solución permite la reconstrucción de un
bienestar.La crisis pone de relieve las debilidades del país, constitutivas o
adquiridas, las que se originanen los errores de desarrollo cometidos por los
sucesivos gobiernos, por sus asociados e inclusopor la comunidad internacional.
Esas debilidades se manifiestan de múltiples formas que amenudo no aparecen
sino a posteriori; nacen, a veces, del proceso de independencia, pues loque
constituía la fuerza del poder colonial, pudo ser causa de la fragilidad del
país.
11.-independiente,
sin que se dieran fenómenos de compensación. Es preciso notar el peso quetienen
los grandes proyectos; son momentos fundamentales en los que se siente con
apremio lanecesidad de solidaridad. En realidad, el primer efecto de esas
políticas de recuperación es lareducción del desembolso global y por
consiguiente de los ingresos. A las personas de escasosrecursos económicos se les
presenta una sola alternativa: creer en los dirigentes que se vansucediendo, o
tratar de deshacerse de ellos.Con frecuencia son víctimas de grupos ambiciosos
que anhelan el poder por ideología o por codicia, prescindiendo de todo proceso
democrático, recurriendo de ser necesario a fuerzasexternas.Una reforma
económica exige, por parte de los dirigentes, una gran aptitud para la
decisiónpolítica. He aquí un criterio para la calidad de su acción: no sólo el
éxito técnico del plan deestabilización, sino la aptitud para conservar el
apoyo de la mayoría de la población, incluso delos más desfavorecidos. Para
ello, deberán ser capaces de convencer a los demás estratos de lasociedad a que
asuman una parte real de la carga. Se trata, en este caso, del pequeño grupo
depersonas de altos ingresos con un nivel internacional, pero también de los
funcionarios yempleados del Estado que hasta el momento gozaban de situaciones
más bien envidiables en elpaís y que podrían hallarse de la noche a la mañana
con recursos fuertemente reducidos. Escuando entra en juego la solidaridad
tradicional, pues los pobres están siempre dispuestos aapoyar al miembro de la
familia que vuelve a caer en la situación precaria de la que se pensabaque
había salido.La preocupación por proteger a los más pobres en estos reajustes
se ha despertado sólolentamente en los dirigentes nacionales e internacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario