viernes, 6 de julio de 2012



Causas de la desnutrición a nivel mundial y nacional
Causas reconocibles
 Los factores climáticos y los cataclismos de todo tipo, por importantes que sean, están muy lejosde ser las únicas causas del hambre y la malnutrición. Para comprender bien el problema delhambre, conviene considerar todo el conjunto de las causas, coyunturales o durables, así comosu interrelación. Veamos las principales, agrupándolas según las categorías acostumbradas:económicas, socio-culturales y políticas.
CAUSAS ECONÓMICAS

Causas profundas
 10. El hambre nace, en primer lugar, de la pobreza. La seguridad alimentaria de las personasdepende esencialmente de su poder adquisitivo y no de la disponibilidad física de alimentos . Elhambre existe en todos los países: ha vuelto a aparecer en los países europeos, tanto del Oestecomo del Este, y está muy difundida en los países poco o mal desarrollados.
A pesar de todo, la historia del siglo XX enseña que la escasez de recursos económicos no esuna fatalidad. Numerosos países han despegado económicamente y siguen haciéndolo antenuestros ojos; otros, en cambio se hunden, víctimas de políticas —nacionales ointernacionales— fundadas en falsas premisas.El hambre puede provenir al mismo tiempo:
a) de políticas económicas equivocadas. Las malas políticas económicas de los paísesdesarrollados afectan indirectamente, pero con fuerza, a todos los que carecen de recursoseconómicos en cualquier país;
b) de estructuras y costumbres poco eficaces y que incluso llegan a destruír la riqueza de lospaíses: – a nivel nacional, en países cuya salida del subdesarrollo tiene altos costos sociales: losgrandes organismos, públicos o privados, que ejercen monopolio, lo que a veces es inevitable,se han transformado en freno, en vez de ser motor del desarrollo; los reajustes estructuralesemprendidos en varios países desde hace diez años lo han demostrado; – a nivel nacional en los países desarrollados: sus deficiencias se notan menos en el ámbitointernacional, pero son igualmente perjudiciales para todos los desfavorecidos del mundo, directao indirectamente; – a nivel internacional: las restricciones para el comercio y los incentivos económicos a vecesdesordenados; de comportamientos deplorables en el ámbito moral: búsqueda del dinero, elpoder y la imagen pública, por sí mismos; menor sentido del servicio a la comunidad, enbeneficio exclusivo de personas o de grupos; y no olvidemos la corrupción considerable que sepresenta bajo muy distintas formas y contra la cual ningún país puede preciarse de estar protegido.Todo lo anterior expresa la contingencia de toda acción humana. En efecto, a menudo, a pesar de las buenas intenciones, se han cometido errores que han provocado situaciones deprecariedad. El hecho mismo de notarlas ayuda a encaminarse hacia su solución.El desarrollo económico es algo que se ha de cultivar; tanto las instituciones como las personasdeben repartirse las responsabilidades. La doctrina social de la Iglesia y el análisis de susencíclicas sociales puede iluminar eficazmente la función del Estado.La causa profunda de la falta de desarrollo, o de un desarrollo con altos costos sociales, es deorden ético. Llama en causa la voluntad y capacidad de servir gratuitamente a los hombres, através de los hombres y para los hombres. Comprende todos los niveles, la realidad compleja delas estructuras, legislaciones y comportamientos; se manifiesta en la concepción y en larealización de actos cuyo alcance económico puede ser grande o pequeño.Las recientes evoluciones económicas y financieras en el mundo ilustran esos fenómenoscomplejos; el factor técnico y el moral intervienen en ellos muy especialmente y determinan losresultados de las economías. A continuación se trata de la crisis de la deuda en la mayoría delos países en desarrollo con altos costos sociales, y de las medidas de reajuste que se hantomado o se van a tomar.
El alza exagerada y unilateral del precio del petróleo en 1973 y 1979 afectó profundamente lospaíses no productores, desbloqueó liquideces financieras considerables que el sistema bancariointentó reciclar y produjo una crisis en el desarrollo económico general que golpeó especialmentea los países pobres. Por múltiples razones, durante los años 70 y 80, la mayoría de los paísespudieron contratar préstamos notables con tasa variable y, por lo que se refiere a los países deAmérica Latina y África, contribuyeron a desarrollar de manera espectacular el sector público.Este período de dinero fácil fue ocasión de muchos excesos: proyectos inútiles, mal concebidoso mal realizados; destrucción brutal de las economías tradicionales; aumento de la corrupción entodos los países. Algunos países de Asia evitaron esos errores, lo que les permitió un desarrollomás rápido.El aumento vertiginoso de las tasas de interés —provocado por el simple juego del mercado nocontrolado y probablemente no controlable— puso a la mayoría de los países de América Latinay de África en una situación de cese de pago, lo que provocó fenómenos de fuga de capitalesque, a muy corto plazo, se transformaron en amenaza para el tejido social local —ya mediocre yfrágil— y para la existencia misma del sistema bancario. Se vio, entonces, la amplitud de losperjuicios en todos los niveles: económico, estructural y moral. Como siempre, se buscaronprimero soluciones meramente técnicas y de organización. Es evidente, sin embargo, que esasmedidas —que cuando son buenas son necesarias— deben estar acompañadas de un cambiode comportamientos por parte de todos y, en particular, de esas personas que en todos lospaíses y en todos los niveles no sufren la enorme presión que ejerce la pobreza sobre su nivelde vida.A principios del período de reajuste, las transferencias fueron negativas: bloqueo de lospréstamos; precio del petróleo mantenido artificialmente a un nivel intolerable para los países endesarrollo; disminución de los precios de las materias primas provocado por el retraso en eldesarrollo económico y, simultáneamente la crisis de la deuda. A esto se sumó la reaccióndemasiado lenta de los organismos internacionales, con pocas excepciones. Durante esetiempo, el nivel de vida en los países excesivamente endeudados comenzaba a decaer.En esto se puede apreciar cuánta sabiduría, y no sólo conocimientos técnicos y económicos,requiere el manejo del dinero. La puesta en circulación de una gran cantidad de mediosfinancieros puede provocar daños estructurales y personales, en vez de servir a todos para elprogreso y para dar un salto de calidad a los más desfavorecidos.He aquí la conclusión que debemos sacar: el desarrollo de los hombres pasa a través de sucapacidad de altruismo, es decir, de su capacidad de amar; lo que es de enorme importancia enel ámbito práctico. Brevemente, y en términos realistas, el amor no es un lujo, es una condiciónpara la supervivencia de los seres humanos.
Los programas de reajuste estructural
 12. En muchos países, la violencia de los fenómenos monetarios ha exigido medidas muyenérgicas para calmar las crisis y restablecer los grandes equilibrios. Por su misma naturaleza,esas medidas llevan a fuertes disminuciones del poder adquisitivo medio de la nación.Las dificultades y los sufrimientos provocados por las crisis económicas son considerables,incluso si su solución permite la reconstrucción de un bienestar.La crisis pone de relieve las debilidades del país, constitutivas o adquiridas, las que se originanen los errores de desarrollo cometidos por los sucesivos gobiernos, por sus asociados e inclusopor la comunidad internacional. Esas debilidades se manifiestan de múltiples formas que amenudo no aparecen sino a posteriori; nacen, a veces, del proceso de independencia, pues loque constituía la fuerza del poder colonial, pudo ser causa de la fragilidad del país.
11.-independiente, sin que se dieran fenómenos de compensación. Es preciso notar el peso quetienen los grandes proyectos; son momentos fundamentales en los que se siente con apremio lanecesidad de solidaridad. En realidad, el primer efecto de esas políticas de recuperación es lareducción del desembolso global y por consiguiente de los ingresos. A las personas de escasosrecursos económicos se les presenta una sola alternativa: creer en los dirigentes que se vansucediendo, o tratar de deshacerse de ellos.Con frecuencia son víctimas de grupos ambiciosos que anhelan el poder por ideología o por codicia, prescindiendo de todo proceso democrático, recurriendo de ser necesario a fuerzasexternas.Una reforma económica exige, por parte de los dirigentes, una gran aptitud para la decisiónpolítica. He aquí un criterio para la calidad de su acción: no sólo el éxito técnico del plan deestabilización, sino la aptitud para conservar el apoyo de la mayoría de la población, incluso delos más desfavorecidos. Para ello, deberán ser capaces de convencer a los demás estratos de lasociedad a que asuman una parte real de la carga. Se trata, en este caso, del pequeño grupo depersonas de altos ingresos con un nivel internacional, pero también de los funcionarios yempleados del Estado que hasta el momento gozaban de situaciones más bien envidiables en elpaís y que podrían hallarse de la noche a la mañana con recursos fuertemente reducidos. Escuando entra en juego la solidaridad tradicional, pues los pobres están siempre dispuestos aapoyar al miembro de la familia que vuelve a caer en la situación precaria de la que se pensabaque había salido.La preocupación por proteger a los más pobres en estos reajustes se ha despertado sólolentamente en los dirigentes nacionales e internacionales. 

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